¿Por qué llora la playa?

       Aquella había sido siempre una playa tranquila. Su arena era blanca y limpia. Su orilla bañada por las azules y grandes olas del mar.

       Era una playa virgen puesto que todavía no había sido descubierta por el hombre. Las gaviotas sobrevolaban la playa, descansando en la arena, para continuar de nuevo el vuelo sobre el mar. Un día de verano, llegaron por primera vez unos visitantes. Les gustó tanto la playa que decidieron volver todos los veranos a disfrutar de la arena y el mar.

       Pasaron los años y cada vez venía más y más gente. ¡Era tan bonita¡.


      Pero sucedió algo terrible. Las personas no supieron valorar su belleza y su encanto. Comenzaron a depositar poco a poco basura sobre ella y cada vez la playa tenía más y más basura. Había pasado de ser una playa hermosa a ser una playa sucia y fea. El mar se sentía tan mal por el comportamiento de las personas que, muy enfadado, comenzó a mandar sus olas cada vez con más fuerza.

       Pero eso no les importó mucho a las personas, que seguían inmersas en su propio egoísmo.

       La playa estaba triste y lloraba. Ya no miraba hacia el mar con el brillo de antes. Su cuerpo, pesado de tanta basura, se sentía infeliz. Sólo pensaba en cerrar sus ojos y dormir para no ver tanta crueldad.

       Tanta fue la tristeza que el mar vio en la playa, que se le ocurrió pedirle que se fuera con él. “No quiero verte sufrir más. Te cubriré con mis olas y te quedarás conmigo hasta que vean que ya no estás. Cuando ya no vuelvan más, volverás a emerger limpia y bella como un día fuiste” – le dijo el mar a la playa.

       La playa suspiró pensando en lo bonito que eran sus palabras y sus deseos. Sin embargo no podía aceptar su ofrecimiento. Sabía que si eso ocurriera, cuando de nuevo saliera a la superficie, tarde o temprano los hombres volverían trayendo consigo su basura. Volvería a sentirse triste. Volvería a llorar. Esa no era la solución. Pero entonces, ¿qué podían hacer?.

      

       Decidieron hablar con la Madre Naturaleza. Sólo ella, la Gran Maga, tenía en sus manos la solución a tan triste problema. Ella, que poseía el poder de los cuatro elementos: el mar, el aire, la tierra y el fuego. Decidió concederles un deseo: poder comunicarse a través del pensamiento con las personas más pequeñitas... con los niños.

       Cuando llegó de nuevo el verano, la playa y el mar se compenetraron para entrar en el pensamiento de los niños y explicarles la necesidad que la playa tenía de sentirse hermosa de nuevo. La playa habló así a los niños:

       “Mirad con los ojos del corazón. Os daréis cuenta de que el daño es muy grande. Debéis cuidar vuestra tierra. Es algo muy importante. El tesoro más grande que vais a heredar. Al igual que vuestros hijos y los hijos de vuestros hijos. Sed buenos con la tierra. Ella será generosa con vosotros. También el mar os lo agradecerá y con él, los peces y las plantas marinas. Somos muchos los que dependemos de vuestro amor, de vuestra generosidad.

       Nuestra belleza está en el exterior. Todos la pueden contemplar. Es inmensa. Vuestra belleza en cambio, está en el interior y es incluso más grande que la nuestra, si la sabéis utilizar. Es lo que hoy os pedimos. Utilizad vuestra belleza para que nosotros podamos volver a sonreír.
       Yo llevo aquí como playa muchos siglos y hasta que las personas me visitaron, nadie me había hecho nunca tanto daño. Hoy os pido ayuda niños. Enseñadles a vuestros mayores a respetarme y yo dejaré de llorar para sentirme feliz.”


       De repente, todos los niños de la playa recibieron el mensaje y juntos se pusieron de acuerdo para elaborar un plan. Se llamaría "Operación Limpieza de la Playa". Los papás, las mamás, los amigos, todas las personas siguieron el ejemplo de los niños y por fín ese verano hicieron que la playa dejará de llorar.

       La playa era ahora la más feliz del mundo y el mar bailaba con ella en la orilla. Los niños jugaban a hacer castillos con su arena blanca y limpia. Todos habían comprendido el mensaje. Respetad el Medio Ambiente. Nada hay más bello y más importante.

      Hasta siempre niños, hasta siempre.

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Posteado por Montse | en 17:22

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